Muchas veces las personas creen que mintiendo tendrán lo que quieren, serán bien recibidos, alcanzaran sus metas, harán lo que a ellos les parezca mejor por tener un crecimiento, en la empresa, en su casa, con su pareja y tristemente en las iglesias.
¿Pero mentir? Por qué no simplemente hablas la verdad y te esfuerzas por conseguir lo que quieres, cosas desde luego buenas que te ayuden a crecer en Dios y como persona en esta tierra. Pero claro, mentir es más fácil, es algo que corre en nuestras venas, es el pecado que tenemos desde que nacemos, no es tu culpa a ver nacido así ¿Verdad? ¿Es lo que piensas para evadir tu responsabilidad por crear un conflicto ante tu mentira?
Es evidente que todos nacimos pecadores, que este mundo sin Cristo tiene el don fácil de mentir y pecar con un potencial exagerado. Pero cuando llegamos a Cristo y nos arrepentimos de nuestros pecados nacemos de nuevo, ya no somos las mismas personas, ya no debemos mentir ni practicar los pecados que hacíamos. (Gálatas 2:20)
Pero hay tentaciones y puedo caer, argumentaras para justificarte. Claro, tenemos tentaciones, las cuales nos ayudan a confirmar nuestra identidad en Cristo, las que dan evidencia del crecimiento que tenemos, las que nos ayudan a crecer y tener una victoria para la gloria de Dios si no caemos en ella. Y desde luego que puedes caer en esa tentación, lo peligroso no es caer, si no permanecer ahí.
Es triste cuando no confiesas lo que sabes que estás haciendo, de lo que estas consciente y con tus acciones niegas a Cristo y su verdad.
Creo que hay personas que conscientemente lo hacen, otras que por alguna razón no creyeron que una mentira llegara a otra y a otra y ahora no saben qué hacer y “por no quedar mal” siguen sosteniendo su palabra. También creo que tristemente hay personas que aun asistiendo a la iglesia no han nacido de nuevo porque su comportamiento no es de un creyente verdadero y mentir es algo que cualquier persona sin cristo hace por naturaleza.
Las cosas siempre salen a la luz (Lucas 8:17) porque Dios tiene cuidado de aquellos quienes lo aman y honran, cuando esto pasa hay divisiones de pensamientos, por preferencia o quizá personas débiles que tenían confianza en aquel que ha mentido y se debilita espiritualmente.
Una mentira es capaz de causar una división, entre personas, trabajo, familias, amigos, e incluso en la iglesia. Fuimos llamado a hablar verdad. Por lo cual, desechando la mentira, hablad verdad cada uno con su prójimo; porque somos miembros los unos de los otros. (Efesios 4:25)
Mentir no es cualquier pecado, pudieras pensar que es más embarazoso, fornicar, adulterar e incluso matar a alguien. ¿Pero mentir? Solo son palabras, nada que un simple perdón no pueda solucionar. Deberíamos temer a todos los pecados y creo que la mentira es el pecado más aterrador y peligroso, porque por una mentira Eva pecó contra Dios (Génesis 3), abriendo paso a los pecados que hoy existen, por la mentira el mundo cree que puede ser quien se imagine, siendo hombre quiere ser mujer y viceversa, por la mentira de Satanás las personas van camino al infierno, disfrutando de una verdad falsa que como resultado tendrán una condenación eterna.
La mentira mejor elaborada jamás es Satanás ofreciendo libertad, piedad y amor al mundo.
Mentir es más gravoso de lo que te imaginas y peor aún si es dentro de la iglesia.
Las palabras de mentira pueden herir a aquel que es un hijo de Dios, y no querrás tener un problema con Dios. A veces no te das cuenta de la magnitud que esto puede acarrear a tu vida, con tal de salvar un momento, tu dignidad y orgullo.
Satanás invade aun los pensamientos de los cristianos, quiere confundirte y hacerte pensar que serás perdonada cuando mientas, ¿y qué crees? Si eres perdonada, tenemos un Dios tan amoroso y perdonador, lento para la ira y grande en misericordia, y ese mismo Dios también es justo, y las cosas que hayas ocasionado con tu mentira traerán justicia y juicio para ti. Terminaras pagando las consecuencias por no haber permanecido fiel.
Cuando mientes, al final del día Satanás habrá hecho bien su trabajo y tu como cristiana serás mediocre ante la palabra de vida, ante Dios.
No te dejes seducir por satanás, por la mentira, por el pecado. Tenemos con nosotros la palabra de verdad, la luz que alumbra nuestro camino, que nos da vida y que nos ayuda a no caer, tenemos la Biblia, la voz de Dios escrita por hombres. Cree, vive y obedece la palabra de Dios.
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